EPIFANÍA

La alegría de los Reyes Magos es una alegría llena de esperanza... 

"Desvela la hermosa realidad de Dios, que viene para todos:

toda nación, lengua y pueblo es acogido y amado por El.

Su símbolo es la luz, que llega a todas partes y los ilumina.” (Franciscus)

"¿Dónde está el Rey de los judíos que acaba de nacer? 

Vimos su estrella en el este y vinimos a adorarle." (Mt 2,1-12)

La alegría de los Reyes Magos es una alegría llena de esperanza. Su fruto inmediato es ponerse en marcha, ver al Señor y ponerse a sus pies para adorarle. La escena evangélica nos muestra un camino espiritual a seguir, el de la alegría. Una alegría llena de esperanza, una alegría que lleva al encuentro con el Señor, una alegría de la que es fruto de la adoración. Los Magos querían conocer al Niño, y su alegría les llevó al pesebre.

En cuanto a nosotros, que estamos en camino hacia la vida eterna, guardemos en nuestro corazón la alegría de la esperanza, la alegría de la vida eterna que ya ha comenzado.

Recordamos algo de la tradición de la "rosca de Reyes", la parte del pobre y del ausente.

Tradicionalmente, la "rosca de Reyes" se divide en tantas porciones como comensales haya, más una, la primera de las cuales es siempre la porción del pobre, también llamada porción del Buen Dios o porción de la Virgen (posiblemente la porción de Dios y de la Virgen). Estaba destinado a la primera persona pobre que apareciera.

También estaba la parte de los ausentes (el hijo en el ejército, el pariente en un barco del rey, el pescador que no había regresado...). Se guardó en la conejera hasta su regreso. Si se conservaba durante mucho tiempo, sin desmoronarse ni enmohecerse, era un buen augurio.

(Extracto "croire.la-croix.com")