El domingo 7 de julio, las Siervas de María invitaron a todos los que quisieron participar en la fiesta de Nuestra Señora del Refugio a compartir un tiempo de fraternidad y de oración a nuestra Madre María, y un momento de compartir y de encuentro en torno a una merienda servida en los jardines.
Durante la celebración en la capilla, el Padre Laurent Bacho compartió con nosotros esta homilía llena de esperanza:
« ¡Stella Maris, estrella del mar! Durante más de mil años, la Iglesia ha aclamado a María como la estrella del mar, la estrella de la esperanza, prefigurada por Ben Sirac, "Ave Marie Stella".
En este himno, la vida humana se compara con un viaje por mar, con días felices y otros más oscuros. Y en este viaje, la Virgen María es el faro de luz y esperanza, para que podamos completar el viaje felizmente. Esto es lo que quería el Padre Cestac cuando creó este lugar, Notre Dame du Refuge, un lugar seguro que era y es un lugar de esperanza para estas jóvenes de Bayona, a menudo víctimas de maltratadores militares o civiles, que eran consideradas objetos de placer y reducidas a la prostitución. Notre Dame du Refuge fue esta estrella del mar, que se convirtió en una tierra de esperanza que les permitiría recuperar su dignidad de mujeres y así volver a ser criaturas, imágenes de Dios, capaces de mirar hacia un futuro con esperanza.
Notre Dame du Refuge, Madre de Esperanza, sigue siendo un lugar de esperanza para quienes han sido heridos por la vida, que no han tenido el beneficio de un entorno familiar pacífico o de un lugar seguro donde vivir, o que están física o mentalmente discapacitados, para los emigrantes y los ancianos.
María había sido la estrella de la esperanza para la joven pareja de Caná, que no se imaginaba que tanta gente acudiría a su boda. En Caná, como en el mundo de entonces, no había tarjetas de invitación; toda la región se reunió para festejar a la joven pareja. "Pero no había suficiente vino". Qué desgracia para esta joven pareja, que fue señalada y ridiculizada en toda la región. María, llena de compasión, no podía imaginar un destino tan desgraciado para estos jóvenes. Su deber era intervenir; la única solución era contarle a su Hijo este desengaño. Se dirige a su Hijo y, a pesar de su enigmática respuesta, pide a los criados que intervengan: "Haced lo que él os diga". Con María, la esperanza es profusión y calidad no esperada; es un vino sin igual. ¡Bravo a la joven pareja!
Sí, María sigue siendo, hoy en día, un refugio donde aquellos que se sienten decepcionados por la vida, desesperados por una enfermedad grave o un duelo doloroso, pueden encontrar consuelo, consuelo y fuerza para redescubrir el deseo de seguir adelante con la vida, sin dejarse abrumar por todas las carencias que podemos experimentar en este viaje por la vida. Refugio y fuente de esperanza, éstas son las cualidades de la Virgen María que ha dado a nuestro mundo desde que su Hijo le encomendó esta misión desde lo alto de la cruz: "Mujer, ahí tienes a tu Hijo". Esta es la misión que permitimos a María llevar a cabo a través de esta hermosa oración:
"Al amparo de tu misericordia nos acogemos, santa Madre de Dios.
No desprecies nuestras oraciones cuando estemos en la prueba;
mas líbranos siempre de todos los peligros,
Virgen gloriosa, Virgen bendita."
No basta con rezar. Al igual que María comprometió a los sirvientes en Caná, nos compromete a todos nosotros a convertirnos en mensajeros de esperanza, a vosotros en primer lugar, Siervos de María, pero también a todos nosotros en diversas capacidades, comprometidos a continuar la obra del Padre Cestac en todos los lugares de la vida que se encuentran en el recinto de Notre Dame du Refuge: colaboradores, socios, voluntarios, empleados, "Haz, hagamos todo lo que él nos dice" para que todos los que carecen puedan encontrar la esperanza y el gusto por la vida. El padre Cestac señala que después de Buglose, tan fundamental en su vida, volvió aquí a su trabajo ordinario, pero, dice, en una nueva vida de felicidad y esperanza. Y puso especial atención en percibir los muchos signos que se le daban para "fortalecer su esperanza", dice.
¿Quién de nosotros no necesita reforzar su esperanza?
Yo, desde luego.
En nuestro preocupante entorno sociopolítico, necesitamos esta Madre de Esperanza. Desde hace 2 meses, no oímos más que discursos sobre el poder adquisitivo, los impuestos que hay que subir o bajar... Es cierto que son preocupaciones necesarias, pero María nos muestra el final de nuestro camino, como indica la parte superior del retablo del coro: María entra en la gloria de la Santísima Trinidad. María, a la que el Padre Cestac define como "siempre pendiente de nosotros como la mejor de las madres". Ella no descarta nuestras necesidades materiales, las conoce, pero las relativiza con el horizonte del Reino de la Vida.
En nuestro contexto eclesial, tan sacudido, necesitamos a esta Madre de Esperanza. En nuestra vida personal, donde experimentamos tantas limitaciones y debilidades, tantos desafíos, necesitamos a esta Madre de la esperanza.
En el próximo Año Santo 2025, el Papa Francisco pide a todos los cristianos que se conviertan en peregrinos de la esperanza. No faltan agoreros; los pesimistas encuentran terreno fértil en este mundo. No faltan los nostálgicos, que encuentran un caldo de cultivo ideal en nuestra falta de vocaciones.
Nuestro ideal cristiano nos obliga a superar esta falta de confianza en el futuro tan característica de nuestro mundo occidental. Los cristianos que creemos en la acción del Espíritu Santo en nuestro mundo no debemos dejarnos ahogar por esta atmósfera pesimista.
La Virgen María nos pide que sepamos contemplar la acción de Dios en el silencio y la discreción. La Virgen María nos invita a la benevolencia y a la indulgencia. La Virgen María nos impulsa a ser testigos audaces de la esperanza.
Con el Papa Francisco, mantengamos viva la esperanza. No nos dejemos robar la esperanza (La Alegría del Evangelio, n. 86).
Notre Dame du Refuge es, en efecto, la Madre de Esperanza que puede ayudar a las personas a crecer en confianza y esperanza, como hizo con el padre Cestac. »
Padre Laurent Bacho
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