Día tras día con el padre Cestac: JUNIO

JUNIO: Corazón de Jesús y Eucaristía

1.  Es por el Corazón de María que se va, con toda seguridad, al Corazón de Jesús: estos dos Corazones estrechamente unidos, deben ser siempre su refugio y su esperanza.


2.  El Corazón de Jesús es todo caridad, todo amor,  y el tuyo  ¡oh admirable Madre! Todo bondad, todo misericordia.


3.  No quería sino tu Corazón, ¡oh mi buena Madre!, y por tu Corazón, el Corazón adorable  de mi amable Jesús, tu divino Hijo.


4.  Nuestro Señor es muy bueno y muy compasivo; es Él mismo quien inspira su deseo de recibirlo; ábrale su corazón y recíbalo con un vivo amor y un dulce reconocimiento.


5.  El buen Salvador no nos entrega sobre su corazón más que una sola palabra, palabra verdaderamente digna de un Corazón tan bueno, tan amable, tan lleno de caridad para todos: “Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón”.


6.  Nuestra buena y santa Maestra quiere enseñarnos a amar más y mejor a nuestro amable Salvador, a unirnos más  íntimamente a su divino Corazón.


7.  ¡Cuál es nuestro gozo, nuestro consuelo y nuestra fuerza, si no es nuestro tan amable Salvador en el Sacramento de su amor!


8.  Todo lo que hay de amor, de abnegación en el Corazón de esta Madre admirable, se vuelca incesantemente en el Corazón de su adorable Hijo.


9.  La Santísima Virgen nos llama con todo el poder de su amor, a unirnos al Corazón bendito de Jesús.


10.  Se encuentra privada de la Santa comunión:  después de una breve preparación, haga la comunión espiritual con una corta acción de gracias. Nuestro buen Salvador vendrá a su alma y la colmará de su gracia y de su amor.


11.  Usted está presente en nuestros corazones ya que no hacemos sino un solo corazón y un alma en los santos Corazones de Jesús y de María.


12.  Vivan unidas en el Corazón y el amor de nuestra divina Madre.


13.  Si fuésemos fieles, cuántas gracias, cuántas bendiciones recogeríamos, para consuelo del Corazón adorable de nuestro buen Salvador y del Corazón misericordioso de su muy dulce Madre.


14.  El amor de Jesús por las almas fieles, he aquí la clave del misterio inefable de nuestros altares.


15.  Debemos considerar a cada una de las almas como un tabernáculo destinado a recibir a ese Salvador, quien tiene un inmenso deseo de habitar en él.


16.  No se deje apartar de la Santa Comunión. Si es una desdicha hacerla mal, es también una  desdicha dejarla sin ninguna causa real.


17.  Resarzan en la comunión espiritual cuando se vean privadas de la comunión sacramental. No es lo mismo, pero, nuestro buen Salvador podrá compensar todo.


18.  De todos los actos que podamos hacer sobre la tierra, el más grande, el más santo es la Santa Comunión.


19.  Unirme a todos los sentimientos del Corazón ardiente de amor de nuestra buena Madre por Jesús su adorable Hijo, en el Santísimo Sacramento.


20.  Ser exaltado o rebajado, glorificado o despreciado, era para mí, cosa indiferente. En esta actitud de espíritu no quería sino tu Corazón, oh mi buena Madre, y por tu Corazón, el Corazón adorable de Jesús, tu divino Hijo.


21.  ¡Oh Madre mía! Qué bueno es no contar sino contigo y con tu corazón compasivo y lleno de misericordia.


22.   La santísima Virgen nos quiere acercar al Corazón de su divino Hijo para enseñarnos a conocerlo mejor, a amarlo mejor.


23.  Lo pongo entre las manos de nuestra santa Madre, y le suplico de extraer del corazón de Jesús, el espíritu de penitencia… debe ser el espíritu especial de la Congregación.


24.  Celebremos bien la fiesta de nuestro gran protector San Juan Bautista, patrono de la Soledad; patrono de las tierras y del trabajo de los campos, para obtener un tiempo favorable; es también patrono de “la fontaine” (fuente, manantial) .En el Refugio recibía ese nombre la zona de los lavaderos.


25.  Amaremos y uniremos nuestro corazón al divino Corazón de Jesús, pero siempre en el Corazón mil veces bendito de nuestra divina Madre.


26.  Como Siervas de María y como pertenecientes a esta divina Madre, serán particularmente acogidas por el adorable Corazón de Jesús.


27.  Es en el Corazón maternal de la Santísima Virgen que encontraremos al adorable, al amable Corazón de nuestro buen y dulce Jesús.


28.  Permanezcan serenas y tranquilas, no hay porque turbarse, sobre todo no dejen la Santa Comunión.


29.  Que en los momentos de prueba clamemos como el apóstol San Pedro: “¡Oh divina y buena Maestra tiéndenos tu mano; sálvanos, sin ti perecemos!”


30.  Aún en los momentos de temor no abandone la Santa Comunión. El buen Jesús y la divina Madre la sostendrán y la protegerán. No deben nunca por ese motivo, dejar de lado lo que es su fortaleza y su apoyo: la Santa Comunión.