EL TIEMPO DE ADVIENTO, EL SOPLO DEL ESPÍRITU...

"Como gotas de agua que penetran en la tierra, así la palabra de Dios llega a nuestro corazón." 

4º domingo de Adviento : PAZ 

La 4ª vela de Adviento, a menudo llamada vela de los ángeles, representa a los mensajeros que anunciaron el nacimiento del Mesías y simboliza la enseñanza de los profetas que anuncian un reino de paz y de justicia. Nos recuerda que Jesús viene a traer la paz al mundo y a los corazones de las personas. Sin Cristo, no puede haber paz en este mundo. Isaías predijo proféticamente: "Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado. Y el dominio estará sobre su hombro; y se llamará Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz." (Isaías 9:6)

El mundo puede estar lleno de agitación; la paz es a menudo un sueño lejano. Cuando confiamos en las promesas de Cristo, sabemos que la paz siempre estará en nuestros corazones...

3º domingo de Adviento: ALEGRÍA 

Cada día se renueva el corazón… ¡¡¡Y aún más, si ayudo a renovar otros corazones!!!

Salome Arrecibita canta: "Ya siente la mujer niña, la vida que se abre paso y va creciendo con ella, y acogiendo su regalo. Va compartiendo alegría con cuantos tiene a su lado rezando día tras día: 'Sé bien A QUIEN he me he CONFIADO'." 

En esta proximidad a la Navidad, María se nos ha presentado como la Inmaculada Concepción. Se nos ha regalado en la Fiesta de María de Guadalupe con un lazo que rodea su cintura símbolo de su fecundidad. En su vientre crece la PROMESA. Bendita promesa que Dios nos proclamó desde tiempos antiguos a través de los profetas. Que nos pone en estado de escucha y miradas atentas. ¿¿¿Cómo nos daremos cuenta???

Y en el misterio del tiempo la pregunta que espera respuestas. "Preparen el camino del Señor". Y Juan Bautista es a quien le preguntan qué deben hacer para "prepararse". El profeta del desierto les responde con genial simplicidad: "El que tenga dos túnicas que dé una a quien no tiene ninguna; y el que tiene para comer que haga lo mismo".

"Llegarán los días en que cumpliré mi promesa". El nombre de la promesa es "Un corazón nuevo grande para amar. Hombres y mujeres nuevos creadores de la Historia, constructores de Nueva humanidad. Hombres y mujeres al lado de los pobres compartiendo con ellos techo y pan".

Estamos invitados a reflexionar en este Tercer Domingo del Adviento: "Levantemos la cabeza; tengamos ánimo. Queremos hacerlo en medio de los problemas que no queremos que nos aplasten. Seguir buscando la llave que abra la vida, que libere la alegría que desencadene la paz y la justicia".

Rezando con María día tras día: "Sé bien A QUIEN he me he CONFIADO". Amén.

2º domingo de Adviento: FE 

Y la Festividad de María, Inmaculada Concepción, nos llena de gozo. "Y la Tierra estalló de alegría". 

Desde el principio de los tiempos el soplo del Espíritu Santo nos hizo suyas. "Somos tus hijas" decíamos y lo seguiremos siendo porque hacemos nuestra la Vida de María. Madre del Consuelo. Virgen de la Paz. Mujer de la Palabra. María es Tierra Sagrada”.  

En nuestro Mundo, donde estemos viviendo, es el retrato hablado de la primera rebeldía contra el Amor: Caín y Abel. ¿Cómo reparar el pecado contra el Espíritu? Es nuestro desafío y nuestra tarea en sinodalidad.

Y juntas, con la impronta de Siervas de María, tratamos de estar vigilantes, atentas, buscar lo cierto sin distorsionar la verdad. Sin confundirnos. Como Moisés en la gran batalla pidió que sostuvieran sus brazos. 

En cada lucha y en cada victoria seguir, como lo dice nuestra oración, "aplastando la cabeza de la serpiente infernal" con sus rostros tan sutiles a veces y seductores que confunden.

María, Madre y Maestra vamos contigo en medio de luces y sombras. Eres nuestro faro y guía.

1er Domingo de Adviento: ESPERANZA

Cada día es un nuevo amanecer porque Dios nos sorprende susurrando al corazón una palabra, una inspiración magnífica para seguir "atravesando orillas", particularmente en este tiempo: Adviento.

Y nos encontramos contemplando a María.

Una pequeña muchacha de un pueblito pequeño que ha sido elegida para ser toda de Dios. La sorpresa es tal pero no duda en decir SI. Y se abre el cielo y hay gozo en la tierra.

María lleva en si la Promesa. Madre, Mujer fiel. En el silencio: la escucha. En la decisión: la gracia. En el camino la recompensa. En el compromiso: Sierva. 

Como Siervas de María desde que vimos la luz en nuestro nacimiento a seguir naciendo con otros u otras, a fraternizar, acompañar, escuchar. Y defender la alegría de nuestro único SI para ser mujeres de hoy.

Somos pocas, pobres y pequeñas, pero podemos. Es hoy. Cada día.

María, Madre y Maestra vamos contigo en esta espera que nos llena de luz el alma.

Somos tus hijas. Amén.