¡EPIFANÍA, DEJÉMONOS GUIAR POR LA ESTRELLA!

Vayamos a la fuente. Vayamos juntos. Compartámosla... 

Esos Hombres-Sabios ven la Estrella. Primera manifestación. No conocen el camino, pero llegar hasta la Luz los conducirá porque sienten su corazón arder. Es la búsqueda de la Verdad que los impulsa. Los orienta. Es la segunda Manifestación en el silencio de la Noche. Cómo profetizó Isaías: "El Pueblo que caminaba en tinieblas, vio una gran luz".

Y al llegar no vieron nada extraordinario sino tan solo "un niño con su madre".  Aun así, sabían estar en presencia del Hijo de Dios en su manifestación ; "Epifanía", al mundo. "Un pequeño escondido con frecuencia en situaciones sencillas, en personas humildes y marginales".

Jesús, como una estrella que se eleva (cf. Nm 24,17), viene a iluminar a todos los pueblos y a alumbrar las noches de la humanidad.  Sufriendo de mil maneras. Gritos de niños y jóvenes; de enfermos del consumismo con mil rostros, de mujeres violadas en sus derechos como madres, trabajadoras, animadoras sociales. Hombres obligados a la guerra para conveniencia de los Herodes de este tiempo. "Un oído puesto en el Evangelio y el otro puesto en el pueblo de Dios." (Mns.Angelelli)

Hoy también nosotras como Siervas de María desde el Bautismo, nuestra Epifanía, estamos embarcadas en "llegar a la otra orilla".

¿Qué nos mueve? María, Madre y Maestra desde aquella manifestación al P. Cestac: "Pídeme solo mi Espíritu"… La sabiduría del BP que fue encontrando caminos, a veces en plena noche e incomprendido en otras.

Contemplando nuestros corazones lo encontramos, lleno de nombres, de lugares, de misiones, de Caminos, Verdad y Vida. Dónde se encuentra ese amor que no pasa, que no tiene ocaso, que no se rompe ni siquiera ante la fragilidad. Si. Palabra muy pequeña pero inmensamente poderosa. Que se escuche en toda la Tierra.

Así empezamos.

Así seguimos.

Así esperamos...