Día tras día con el padre Cestac: MARZO

MARZO: la Familia

1.  No hay corazón como el de una madre; un corazón de hija no capta la desventura de la huérfana, desamparada sobre esta tierra.


2.  Nuestra misión es grande y a la altura de los designios de nuestra soberana Maestra: la reconstitución de la familia por la madre cristiana.


3.  Roguemos a San León, patrono de Bayona y nuestro también; nos es muy querido porque nos ha dado y nos sigue dando todos los días, pruebas de su protección.


4.  Nos es necesario que las Siervas de María sean vistas como las hijas de la misma familia, bajo la mirada y en el espíritu de caridad de la divina Madre.


5.  Todos formamos una misma familia en el corazón de nuestra buena Madre. Deben quererme como vuestro buen Padre y yo debo amarlas como mis hijas, siempre en el corazón y el amor de nuestra divina Madre.


6.  Encontrarán siempre en mí a un padre lleno de ternura y de caridad. Les he dado mi confianza y estoy dispuesto a seguir otorgándosela.


7.  Al mismo tiempo que dirige a sus Hermanas según la regla, hágalas felices teniendo hacia ellas un corazón de madre.


8.  En cuanto a sus Hermanas sea muy dulce, muy buena como una verdadera madre.


9.  Nuestra divina Madre ha puesto en su familia este santo afecto que nos une a su verdadera familia.


10.  Una Hermana en misión, alejada de la casa madre, no tiene otros consuelos humanos sino las noticias que le llegan de la comunidad; es el lazo que la une a su verdadera familia.


11.  ¡Una madre cristiana! Qué ser grande y santo, cuánto poder para obrar el bien.


12.  La madre cristiana, a través de sus fervientes oraciones, hace descender sobre su familia la abundancia de luces y de gracias.


13.  La madre cristiana es sobre la tierra el reflejo y la imagen de la divina Madre de cielo.


14.  Luego de su propia salvación, una de las más grandes preocupaciones debe ser la salvación de su padre y de su madre.


15.  Después de Dios y su divina Madre, amen a sus padres y rueguen por ellos.


16.  Amen a esas niñas, así como Nuestro Señor, como María las ama. Ámenlas como buenas madres, sobre esta tierra no tienen otras madres que ustedes.


17.  Las hubiera fácilmente perdonado y hubiesen encontrado, como siempre, a un padre bondadoso y compasivo.


18.  En cuanto a esas pequeñas, era necesario crearles una familia en la que, padres depravados y corruptos, gracias a la caridad, serían reemplazados por un padre y una madre que proveyesen a todas las necesidades de sus almas y de sus cuerpos.


19.  En qué grado de honor y veneración está San José entre nosotros y que conmovedores y numerosísimos son los gestos de protección y de vivo interés que nos cesa de prodigarnos.


20.  La Santísima Virgen ha querido para las penitentes una vida de familia y de sana libertad.


21.  Hacer amar a esas niñas su condición, atraerlas a la tierra, preparándolas para convertirlas en granjeras piadosas e inteligentes y a través de estos medios, reconstituir la familia cristiana.


22.  La conducción de a casa es suave y paternal. Me llaman Padre y este nombre concuerda muy bien con mi corazón y con toda mi vida.


23.  De todos los lazos que mantienen a la gente joven en una realidad de vida, los más fuertes, los más poderosos son los de la familia.


24.  Un Padre, una madre, hermanos, hermanas, el conjunto de la familia que los rodea, ejercen una influencia secreta, pero poderosa que llega al fondo de la existencia moral.


25.  ¿Qué necesita una niña rechazada? Es necesario crearle una familia, forjar en esta joven alma lazos que no posee y de los que hay que rodearla para salvarla de situaciones desesperantes.


26.  ¡Cómo me siento conmovido por su buen corazón y por el filial afecto que tiene hacia su buen Padre!


27.  La hermana a cargo de las más pequeñas, reunirá a las niñas de 3 a 6 años para darles, junto a la lectura, una primera enseñanza, simple y elemental, como lo haría una mamá inteligente y bondadosa, con sus queridos hijitos.


28.  La firmeza en el orden no autoriza a desconocer los derechos de las familias.


29.  Las huérfanas son conducidas con bondad y dulzura; es el espíritu de familia, pero de una familia bien ordenada.


30.  Para formar a la familia cristina en el ámbito rural, es necesario que la religión ocupe su lugar desde la infancia a través del sentimiento maternal pero elevado por la santidad de la vocación religiosa (se refiere a las religiosas su responsabilidad).


31.  La religiosa será la nueva mamá, más auténticamente madre que la que lo es por naturaleza, que amará a ese pequeño ser, más allá de lo natural para llegar al ser sobrenatural.